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jueves, abril 07, 2005

Modelar el ruido

Corría el año de nuestro señor de 1964 cuando un señor con pinta de científico loco, llamado Bob Moog, patentaba en los Estados Unidos el Oscilador Controlado por Voltaje. Se le ocurrió -además- la feliz idea de poner este componente junto a otros en una caja de madera con botones y potenciómetros y añadirle un teclado como los de piano para controlarlo, afinando la frecuencia del oscilador a las frecuencias de las notas de la escala diatónica.

La idea es tan sumamente genial que produce asombro: el oscilador genera un ruido constante afinado a una nota, y a medida que va pasando por el circuito antes de llegar al ampli lo iremos modelando con los otros componentes: filtros para recortar o enfatizar ciertas frecuencias, envolventes para variar su tono y su amplitud en el tiempo, otros osciladores para modularlo... al final, cuando la onda completa el recorrido y sale por el jack, el sonido original ha sido esculpido de tal forma que donde antes había un zumbido desagradable, ahora hay un violín con cuerdas de goma. La síntesis se parece bastante a la escultura: la onda generada por el oscilador es el bloque de mármol y los controles del sintetizador son el martillo y el cincel que ayudan a esculpirla. Al final, dentro del bloque había una estatua y dentro del zumbido un sonido de piano. Sólo hemos quitado lo que sobraba.

Mientras tanto, en Europa, cuatro chavalotes de Düsseldorf imaginaban obras musicales interpretadas por robots. Lo malo de avanzarte a tu época es que no existen las cosas que necesitas, aunque si eres un genio te las puedes inventar tu mismo. De todos los aparatos que los Kraftwerk se fabricaron antes de que estuvieran disponibles en las tiendas, quizá el mas genial por su simpleza sea la batería electrónica. Todo un kit de batería fabricado con tapas de cubo y otras piezas de metal que se tocaba con unas baquetas metálicas forradas de plástico con un contacto pelado a un extremo y un cable en el otro. El cable iba conectado a un polo de la corriente de un transformador. El otro polo estaba conectado a diferentes generadores de ruido y estos -a su vez- estaban conectados a las partes metálicas de la batería, de modo que -al golpear el tambor con la baqueta- se cerraba el circuito y se emitía un sonido. ¿Primitivo? si, claro.. pero jodidamente genial.

La música electrónica está llena de genialidades de este tipo, e incluso de genialidades derivadas de otras anteriores. Por ejemplo,unos diez años despues, a alguien en Australia se le ocurrió sustituir el oscilador inventado por Moog por un ordenador capaz de procesar una forma de onda digitalizada, de modo que el sonido a tratar no fuera el zumbido eléctrico generado por éste, sino un sonido del mundo real grabado y digitalizado. Así nació Fairlight, el primer sampler de la historia, cuyo manual de instrucciones era mas grande que la guía de teléfonos.

Ahí queda eso, tres momentos clave de la música electrónica resumidos en un solo post.

Comments:
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
 
nada, que yo intentaba poner una imagen toa chula pero no me deja con ninguno de los códigos que conozco.

no me queda más que decir que: el desodorante del Dia está hecho por algún nazi que añoraba las cámaras de gas y que lo que cuentas es FASCINANTE.

mil petonets.
 
Anda que se aprende poco leyéndote... jo'er!
 
Coño, que instructivo, tengo que enseñarle esto a mi profe de sistemas técnicos y demostrarle que "saber de música electrónica" es algo más que saber utilizar un ecualizador paramétrico.

Por cierto, reflexión filosófico-técnológica: Es curioso como el sonido que más le ha costado reproducir al ser humano (aparte del chillido de Chiquito de la Calzada) sean los tonos puros, que no dejan de ser los sonidos más simples que existen.

¡Kaaaaaaa!
 
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