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lunes, febrero 21, 2005

Autismo

Es un hecho que por las mañanas estoy especialmente mas apollardao que por las tardes, y que los lunes estoy especialmente mas apollardao que cualquier otro dia de la semana, domingos de resaka inclusive. Por lo tanto los lunes por la mañana estoy sumamente apollardao, llevo un apollardamiento digno de ser mencionado en el Guinness del autismo. No te extrañes si paso por tu lado y no te saludo, es porque la legaña mutante que vive en mi párpado no me ha dejado verte.

Hoy mismo, sin ir mas lejos, he pasado de largo por delante del metro de Liceo, casi me bajo una parada antes y he girado a la izquierda en vez de a la derecha cuando estaba a una calle del curro... y eso que llevaba a Skunk Anansïe a toda tralla en los auriculares. Como para ir escuchando a Kenny G... no habría llegado vivo.

miércoles, febrero 16, 2005

Asignaturas pendientes (part II)

Hace unos meses me puse a enumerar mis asignaturas pendientes. Una de ellas era (es) vestirme de Drag Queen y hacer un playback. Esto últimamente lo digo mucho y la gente que no me conoce se rie bastante, pero quienes me conocen un poco se rien todavía mas porque saben que cuando lo digo tanto es porque voy a acabar haciéndolo.

De hecho, llevaba semanas comiéndome la cabeza con la canción... tengo un montón de candidatas. 30 años de música disco han dado demasiadas divas para tan poco maricón y es jodido escoger solo una porque dan ganas de interpretarlas a todas. De entre todas, mi favorita sigue siendo Gloria Gaynor, claro, aprovechando que ya hace años que me se la letra de I will survive y que adoro esa canción desde que se la canté a aquella ex en aquel momento en el que molaba tanto decirle just turn around now / cause you're not welcome anymore. Estaba casi convencido de hacerlo con esta, pero está tan visto que me da algo de grima, de modo que la próxima mariconada podría ser Strongh Enough de Cher. Vale que está hecha a propósito para hacer el travelo, pero quizá sea ese su potencial. Con ese chorro de voz se pueden hacer muchas mariconadas una vez estás bajo los focos.

Como puedes ver, son canciones obvias para esto. También tienen muchas posibilidades Heart of Glass, de Blondie, que solo con oirla ya te dan ganas de mariposear como una petarda, y Finally de Ce Ce Penniston, la ópera prima del Disco-House para mariquitas orquestada por David Morales.

De hecho, me gustan tanto las mariconaditas de este señor, que la siguiente candidata era Crush, de Jennifer Paige, ya puestos a hacerlo con un poco de clase. Todo esto ha sido lo que ha quedado despues de una larga preselección de divas como Chaka Khan, Loleatta Holloway, Grace Jones o Ultra Naté.

Al final he optado por una bastante obvia (tanto como todas las anteriores), son tres mujeres pero si lo hago ocn desparpajo va a dar igual, y si no tendré que convencer a dos colgaos mas para que me apoyen a los coros... aun puede ser mas divertido .

Al final, the winner is:




Ahora voy a empezar a pensar en el traje y en como me lo hago

jueves, febrero 10, 2005

Back in the days
(2ª parte: esto no es Hollywood)

Nos habíamos quedado en el momento en el que cerraron nuestro proyecto de emisora pirata cuando empezaba a despegar y a causa de la mili perdí de vista al que había sido mi amigo inseparable durante dos años. Al principio de la nueva situación me ví un poco perdido, claro, porque se me planteaban varias posibilidades. Durante unas semanas fuí de casa al trabajo y del trabajo a casa como un zombi mientras intentaba decidir que haría. La cabeza me decía que volviera al instituto, que aún podía reengancharme en el próximo curso y por lo menos tendría terminada la FP... que menos. Además, mis padres aún estaban dispuestos a pagarlo y a lo mejor dentro de un par de años no lo harían. Por otro lado, me había acostumbrado a tener dinero "de verdad". Por miserable que fuera la nómina de un pringao en una imprentilla, era una fortuna comparado con lo que tendría en efectivo si volvía a depender de mis padres.

Esto era lo que me decía la cabeza, claro, porque el estómago me decía cosas algo diferentes. Quien no lo haya hecho nunca, no sabe lo que se siente cuando tienes dos platos y una pista con gente delante. Se apagan las luces, empieza a llegar gente y tienes que poner música durante toda la noche y hacer que bailen. Si la sala está bien hecha, la cabina está en un ángulo privilegiado desde el que se ve todo, y tu trabajo consiste en observar a la gente y ponerles música que les haga bailar. Primero llegan 12 y se sientan, luego 20 mas y se sientan en otra parte, despues dos grupitos de 15 y rodean la pista, una niña bonita se acerca y te pide una canción, el camarero viene y te pregunta si quieres beber algo, la sala se va llenando y un par de macarrillas como yo abren la pista haciendo aspavientos... y ahora es cuando viene lo difícil, tienes que ir poniendo discos que animen al resto de la gente a entrar en la pista y bailar, tienes que mantenerlos ahí y tienes que hacer que se animen cada vez un poco mas, que se lo pasen un poco mejor con el disco que viene ahora que con el anterior.

Cuando lo consigues, la gente desde la pista te mira con gratitud. Tu les das las gracias por estar ahí bailando tu música y ell@s te las dan por ofrecerles ese momento. Les gusta lo que estás haciendo, y te lo hacen saber... Y allí estás, bailando con ell@s y poniéndoles los discos, animándoles mientras te animan a tí. Lo que sientes en ese momento es bastante indescriptible, pero es una de las sensaciones mas intensas que he experimentado en esta vida.

Y no sólo había probado algo así a los 17 años, cuando eres como un imán para las emociones, sino que me habían pagado por ello. Había sido una estrella durante un par de sábados por la noche, las mujeres mas guapas se habían acercado a tontear conmigo y algunos de mis amigos y conocidos me habían mirado como al puto amo del universo... y encima, cobrando.

Que te pase algo así cuando te está empezando a salir la barba te puede hacer flipar bastante, de modo que seguí adelante por el camino que mas iba a disfrutar, claro. Me faltaba bastante mas de un año para irme a la mili, de modo que aplacé los estudios hasta cuando volviera. Lo cierto es que no tenía nada claro si volvería a estudiar, de modo que aplazarlo un par de años largos me parecía lo bastante eterno como para despreocuparme del todo de ello. Y empecé a moverme, a preguntar a la gente que había conocido en el mundillo nocturno si sabían de alguna disco que necesitase un DJ, aunque fuera una disco pequeña. Todo el mundo me veia muy jovencito -yo a los 18 aparentaba algo así como 14 bien llevados- y costaba bastante que me tomasen en serio, pero como eso me pasaba también en el otro mundo -el diurno-, no me preocupaba demasiado. Conseguí el teléfono del dueño de una disco bastante cutre de nou barris, llamé, quedé en ir a hablar esa misma noche y al entrar me pidieron el DNI en la puerta. Con eso está dicho todo sobre mi aspecto.

- ¿Me enseñas el DNI?
- Si, claro... pero vengo a hablar con tu jefe.

Todo lo que me salía eran discos pequeñas en barrios chungaletos, todo hay que decirlo, pero no tenía ninguna experiencia y ya no tenía la radio para hacerme el importante, de modo que no estaba como para hacerle ascos a nada. Uno no puede ir a las oficinas del Studio54 y decirle que ha hecho dos bolos y ha tenido una radio pero que ya no la tiene... de modo que empecé aceptando cualquier oferta, y cuando digo cualquiera, lo digo en un sentido bastante amplio.

Mi primera "residencia" fue en precisamente en esa disco de Nou Barris. Fue divertido, porque era como pinchar en el patio de un reformatorio. Allí estaban cada noche los hermanos y primos de todos los personajes secundarios de Perros Callejeros. Y yo a los platos con una maleta llena de discos de House de importación, casi todo de los sellos 10 records de Detroit y West Side de Londres. ante una gente que se acercaba a preguntarme si iba a pinchar rumbitas de Los Chichos.

Lo de las rumbitas era un tema candente, porque de hecho las rumbitas y la música española estaban vetadas. Precisamente ese era el motivo de que yo estuviera allí. Los dueños de la sala habían decidido depurar un poco el público y poner solo música de la que ellos llamaban Disco. No se si pretendían llenarla de gente mas o menos normal, pero al menos habían decidido quitarse de encima a lo mas chungo. Todo esto por la vía rápida, claro, sin cerrar ni cambiar el nombre de la sala. Cambiaron al personal y la música que se pinchaba, y esta era la parte conflictiva porque varios DJs habían intentado hacer el cambio. pero o bien se habían ido por el agobio de tener a unos garrulos abucheándole cada fin de semana, o bien se habían acojonado porque el sitio y el público realmente eran muy, pero que muy chungos.

Esto no te lo decían , claro, te lo encontrabas allí cuando te veías pinchando música disco pachanguerilla y un tipo moreno con greñas y bigotillo vestido de lolailo se te acercaba a pedirte que pusieras algo de los chunguitos e insistía mucho en que te lo estaba pidiendo por la buenas, que podía esperarte fuera con todos sus colegas y darte la del pulpo pero que te lo estaba pidiendo por las buenas porque era un tipo legal. Si, el sitio era tan chungo como me lo esperaba e incluso mas. La primera noche me quedé dentro mientras cerraban y pedí un taxi desde allí. No era un farol, me lo había pedido por las buenas y como no les había hecho caso, me estaban esperando fuera.

El conflicto residía en que los dueños habían decidido cambiar de ambiente, pero no le habían prohibido la entrada a nadie. Simplemente esperaban que los clientes mas chungos se aburrieran y se fueran a otro sitio, así por las buenas. Al otro lado teníamos a unos cuantos calorros que llevaban bastante tiempo yendo a esa sala y dejándose el dinero allí, y si ahora les invitaban a irse se sentían ofendidos. Y en el fondo, hasta tenían razón.

Y allí enmedio, estaba yo: el crío, el pijín, el guapito, el que ponía música rara que no le gustaba a nadie. Me sentí bastante idiota haciendo aquello por los cuatro duros que pagaban, pero tenía que hacerlo, simplemente, de modo que empecé a buscar la mejor forma de manejar esa situación.

Uno de los motivos del conflicto era que la cabina estaba repleta de discos calorros de temporadas anteriores. Al lado de los platos tenía una impresionante colección de LPs de calorreo catalán de la época dorada: del Tijeritas al Junco, pasando por cosas muy bizarras que no las conocía ni su padre. Si los discos están allí, a la vista, es una provocación directa que vengan a pedírtelos y no los pongas. Luego no te sorprendas si hay cuatro tios con muy malas pintas esperándote fuera ya que, en cierto modo, les has dado motivos para ello. De modo que lo primero que hice fue sorprenderme de que a ninguno de los que habían pinchado allí antes se le hubiera ocurrido quitarlos, y lo segundo fue llevar esos discos al amacén y sepultarlos en el último rincón, detrás de las cajas de Schweppes mas descoloridas. Y aun me preguntaban que porque los quitaba y que si no tenía espacio suficiente en la cabina para andar ocupando almacén... hay que joderse.

Cuando empezaron a venir los calorros mas siniestros a pedir canciones, les dije de muy buenas maneras que entendía perfectamente que ellos estaban de fiesta y les estaba cortando el rollo, pero que yo no iba pinchar esa música porque me habían dado la orden de no hacerlo y además me habían contratado precisamente para que pinchase otras cosas, y que si tenía que discutir sobre eso con alguien no era conmigo sino con el jefe de sala, el Leo, al que todos conocían y sabían que no admitía sus quejas. Que yo no había venido a quitarles la música que les gustaba, sino que me limitaba a hacer mi trabajo y que -además- alguien se había llevado esos discos porque ya no trabajaba allí y eran suyos. Mi barrio de origen, la Sagrada Familia, no era precisamente marginal, pero ya de pequeño tratabas con mucha gente así y aprendías a llevarte bien con ellos. No es difícil si les haces ver bien claro que no tienes nada en su contra y que simplemente estás ahí.

Repetí unas cinco semanas mas, sin pena ni gloria pero salvando la integridad física. Al final con alguno hasta nos hicimos amiguetes y todo. Conseguí que la gente bailase sin rebajar demasiado el nivel e incluso colando alguno de los discos que me gustaban. De hecho, fue allí donde aprendí algunos de los mejores trucos para llevarme a la gente a mi territorio. No es fácil, pero si lo haces sutilmente consigues que mucha gente acabe disfrutando de música que en otras condiciones ni habrían escuchado. Lo dejé para irme a hacer de luces en una disco algo mas grande y bastante mejor situada. Aquello seguía sin ser Hollywood, vale, pero estaba bastante mejor... el único inconveniente -quizá- estaba en que yo nunca, jamás había manejado las luces de una sala.

De todos modos, tampoco debía ser tan difícil.

(continuará...)

viernes, febrero 04, 2005

10 años de Jungle

Sobre 1993 o 94 vi en un campeonato DMC (unos campeonatos de DJs haciendo turntablism, es decir: exhibicionismo a los platos) a unos tipos de Londres que jugaban mucho con las revoluciones de los discos. En un plato ponían una base mas o menos lenta, y sobre eso ponían un disco pasado de revoluciones hasta que llegaba a hacer el doble exacto de golpes o beats. El resultado era un ritmo que se aceleraba al doble, o dos ritmos a la vez perfectamente sincronizados pero a doble y mitad respectivamente.

Se hablaba también de Happy Hardcore, un estilo que estaba reventando los ambientes mas pastilleros de UK y que aqui se podía oir en un par de afters (bueno, yo solo recuerdo el Monumental Club de Ritmo pero alguien me aseguró que había otro). El Happy Hardcore se basaba en un concepto parecido, hacer música makinera con bases de hiphop sampleadas, acelerándolas cada vez un poco mas, un poco mas, un poco mas... y nuevamente volvió a ocurrir el fenómeno: al acelerar una base y decelerar la otra se conseguía un doble ritmo de lo mas curioso... el Jungle empezaba a dar sus primeros pasos.

Finalmente, a primeros del 95 llegó a mis manos el primer CD de la serie DownBeat in the Jungle. El estilo ya se había establecido y aparecían los primeros temas del género. De hecho, aparecían a docenas porque en el Reino Unido se estaba viviendo una especie de fiebre Junglist. No era para menos. La escena musical de UK se había lucido en el House, el Funk, el Hip Hop, el Techno... incluso Jazzie B había reinventado el Soul, pero hasta entonces los británicos no habían inventado todavía un género de baile propio. Siempre mejoraban algo que se había originado en USA.

A causa de esto y de la ingente cantidad de temas nuevos que aparecían cada semana, el estilo empezó a dividirse enseguida en varios subestilos diferentes, de un modo bastante parecido a como había sucedido años atrás con el House. Enseguida se marcaron dos claras tendencias sobre el mismo concepto -acelerar el ritmo hasta conseguir un doble ritmo, tal y como se hace en el flamenco cuando repican palmas a cuatro manos- y del Jungle salió el Drum'n'Bass. Hay mas subestilos, pero con distinguir estos dos es suficiente. Siguiendo el mismo patrón de bases a doble tiempo, el Jungle juega con elementos del Reggae, del Funk e incluso del Jazz de un modo demoledor. El Drum'n'Bass se basa mas en la electrónica pura y dura, en atmósferas y espacios sonoros.

El Jungle subió al olimpo de los estilos consolidados cuando apareció el Speed Garage, que consistía en hacer House utilizando los sonidos típicos del Jungle. Ahí es nada, influir sobre un estilo que te lleva otros 10 años mas de ventaja. Desde entonces, se viene diciendo que el Jungle y el Drum'n'Bass están acabaos, que ya no dan mas de si... hace unos 5 años que me lo vengo oyendo, incluso con coñas como "eso está mas pasao que la música Jungle". Es cierto. Ya hace mucho tiempo que no está de moda, por suerte. Solo me faltaría tener que oir a los pitufos cantar sobre una base Jungle como cuando se puso de moda el hip hop y hasta Arévalo rapeaba. Mejor así. Mientras haya clubs donde lo pinchen y sigan saliendo discos, tenemos Jungle para 10 años mas, por lo menos. O-ri-gi-nal Jun-glist!!

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