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sábado, enero 08, 2005

Sex Shop + THC

Empezar el año poniéndose hasta el culo de THC es una buena forma de empezar el año... o al menos es una forma tan buena como cualquier otra, pero como vas colocao te parece la mejor de todas. El año empezó en Madrid, en el piso de un amigo en el que se había celebrado la fiesta de fin de año la noche anterior y, para empezar bien el año, lo primero que nos hicimos para desayunar fue un porrito de superskunk. El desayuno de los campeones.

Pero para contar esta tontería necesito que hagamos un salto en el tiempo y retrocedamos a 1997, mientras intentamos situarnos en el Sex-Shop de Enrique Granados (bcn), en la terraza de un bar cercano me encontré con una ex-algo mía que estaba tomándose algo con su novio de entonces en la mesa de al lado. Debían ser las 6 o las 7 de la tarde de un sábado, y yo estaba con mis amiguetes tomando chupitos bizarros e intentando organizar un poco lo que iba a ser esa noche. Ella se acercó a saludarnos. El novio no, el novio se quedó en la mesa de al lado, esperando con ojos de ternero degollao a que su churri volviese. Pero por alguna extraña circunstancia, habíamos creado un ambiente de tontería y cachondeo de lo mas agradable y se lo estaba pasando bien al saludarnos, de modo que decidió sentarse en nuestra mesa y decirle a su churri "espera un momento, que ahora voy".

La situación era tan incómoda como surrealista. Allí estaba yo, hablando de posturas para follar de pie con una ex-algo mientras su novio actual nos oia perfectamente pero hacía como que nos ignoraba. Hay que reconocer que la tía lo tenía dominado, cuando ya llevaba mas de media hora con nosotros el pobre hizo un amago de venir a buscarla. Un amago abortado tajantemente con un "¿me puedes dejar en paz, que estoy hablando con unos colegas?", y el tipo se dio media vuelta y volvió a sentarse en su mesa. Yo flipaba.

Llegados a un punto, la conversación empezó a adentrarse en el apasionante mundo de los vibradores, y entonces reparamos en que teníamos un flamante sex-shop en nuestras narices al que podíamos entrar. "¿vamos al sex-shop a mirar dildos?" se le ocurrió a ella solita, y yo pensaba que era de boquilla y que no se iba a atrever a entrar conmigo en un sex-shop estando su novio delante y con el rebote que estaba cogiendo el chaval.

Sin decir ni media palabra al novio, se levantó de la silla, cruzamos la calle y nos metimos en el sex-shop, en el que había un un señor de unos cincuenta años a cargo del negocio con pinta de haber mariposeado mucho en esta vida. Ni nos entretuvimos en mirar lo que había en las estanterías, nos fuimos directamente al mostrador. "¿en que puedo ayudarles?", "Estamos mirando un consolador para ella". Con naturalidad, entramos como una acaramelada parejita mas, de las que pasan la tarde del sábado mirando consoladores y bolas chinas para usar esa noche. Primero nos sacó unos dildos normales, que ella miraba con indiferencia, de modo que le pedimos algo mas extremo, mas grande. Entonces sacó la artillería pesada y vi como se le encendían los ojos. Cogió un modelo Polo de Chocolate de Shaquille O'Neal talla XXL y lo acarició con lujuria mientras yo le preguntaba "Cariño ¿tu crees que te entrará?". ella contestó con la voz casi entrecortada "Si me abro bien, si. Vale la pena hacer un esfuerzo".

Obviamente, no compramos nada, aunque por un momento creí que ella iba a sacar la tarjeta y llevarse a Shaq a casa. Yo era jovencito e insolvente, pero si me hubiera llegado el presupuesto se lo habría regalado. Daba gusto verla tan feliz sujetando el pollón de caballo, me pregunto que debió ver en mi cuando nos liamos, si soy un tio de talla mas o menos normalita y parece que le iban los fenómenos de feria.

Al salir, el novio seguía allí, en la misma silla, con una cocacola nueva y poniendo cara de voy a hacer como que no me importa o que no me he dado cuenta. Me supo un poco mal por él, la verdad, pero tampoco demasiado. Desde entonces, no puedo entrar en un sex-shop sin acordarme de esta situación absurda y que me de la risa.



Ahora volvamos a Madrid, y volvamos a situarnos en el principio de 2005. A lo surrealista de la situción de ir a mirar dildos, añádele el hecho de ir a mirarlos en un momento mariguano, cuando vas hasta el culo de THC y no tienes nada mejor que hacer que meterte en un sex-shop a pasar la tarde en una ciudad que no conoces. A esto añádele el estar en compañía de gente como este señor (que también comenta la experiencia en su weblog) y ya tenemos el descojone asegurado. La primera ya nos la encontramos antes de entrar, cuando vemos el cartel en la puerta que avisa de que:

AVISO
Este local contiene imágenes y objetos que podrían herir su sensibilidad

Coño!! a eso hemos venido, de lo contrario nos sentiríamos defraudados. No venimos a buscar muñecas hinchables made in china para una despedida de soltero, venimos a ver si nos sorprenden.

Tras una leve inspección a la estantería de las bolas chinas, y tras constatar que las hay finas, gruesas, lisas, rugosas, de plástico, de metal, de cerámica, con relieve, ligeras y pesadas, mas cualquier combinación de estos factores que se te pueda ocurrir, pasamos a la sección de pollas de goma para comprobar que hay incluso modelos circuncidados y sin circuncidar o que las películas porno de gays también tienen la sinopsis del argumento explicada en la parte de atrás del DVD, como se desprende de la contraportada de la boda de mi mejor amigo:

Johnny se casa mañana, pero él está mas interesado en los amigos de su novia que en casarse. Sin que ella le descubra, intentará follárselos a todos.

Hasta ahí, bien, no deja de ser divertido pero todavía no han logrado sorprendernos. El delirio empieza al fondo de la tienda, donde hay una inflatable fucking doll con kit de vaginas intercambiables que cuesta 800€, es decir, unos 135 talegos de los de antes. Lo cual hace que uno se pregunte si no sale mas a cuenta pagar por una puta de lujo una sola vez y pasar una sola noche que recuerdes mientras vivas en vez de gastarse tanto dinero en algo que -digo yo- en algún momento te tienes que dar cuenta de que te estás follando a una muñeca y tu autoestima debe caer en picado.

De todos modos, esta es la mas cara de la tienda y la oferta abarca desde las peponas típicas que tienen la boca abierta y un estropajo en la cabeza hasta unas que llevan en la caja la foto de una pornstar de verdad con nombre propio. Aqui ya empecé a flipar un poco, pero aun no habíamos hecho mas que rascar el barniz del bizarrismo sexual. Alguien me enseña la carátula de Mujeres con la regla: Period Fucking II y de ahí pasamos a una entrañable comedia de fisfukin familiar con Mi mamá me mete el puño. Parece sacado de una coña, pero es de verdad. Existe una película de incesto y puños ¿como no se nos había ocurrido antes?.

Cuando empezamos a darnos cuenta de que nos pueden echar de la tienda -y con razón- por causa del descojone que llevamos, la inercia nos lleva a la estantería de ancianos, de la que resaltaré el título La abuela es una puta en cuya portada aparece una señora octogenaria sonriente en bolas y una polla con una dentadura postiza colgando. El colofón lo pone la sección de zoofilia y el título "La oveja me la pone tiesa", que tiene toda la pinta de haber sido rodada en un establo.

Salimos del Sex-Shop secándonos las lagrimillas de los ojos y pensando en si habría alguna aberración que se nos pasase por la cabeza que no se haya rodado en vídeo o que no haya alguien que la esté rodando en este mismo momento. La realidad siempre supera a la ficción, de modo que es muy probable que ya estén preparando un nuevo casting de mutilados para el rodaje de "Muñones Folladores III" o una película de nazis amantes del fisfuckin y perros que les echen mojones en la boca... ¿porque no?

Lo próximo en nuestro caso puede ser cogernos un ciego de AK47 y en pleno subidón meternos en un Peep-Show del paralelo, eso si que tiene que ser flipante

Comments:
No volváis a hacer cosas de esas sin avisarme.
 
Nunca me perdonaré llegar tarde y que no me avisarais a tiempo para verlo en directo. Oirlo una hora después pierde la magia del momento.

¡¡Viva la maria y vivan los sex shops!! ;)
 
Yo quiero!!
 
La envidia me tortura!
 
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