martes, noviembre 23, 2004
Divorciados
En el universo Tolkien existen los Hobbits, en el Marvel los mutantes, en el de los Gnomos los
Trolls ...y en el mio particular existen los divorciados.
Hace algunos años, estuve trabajando en un bar de copas. Nada glamouroso ni fashion como lo de la película 54, que va... era un bar de copas de l'Hospitalet con su música pachanguera, sus Cheilas luciendo culo y una impresionante cantera de Divorciados con la treintena bien superada. Mi jefe me hacía tratarlos bien, porque cada fin de semana se dejaban una pasta larga en copazos para olvidar que la Yeni se fue y les dejó a dos velas, así que cada viernes y cada sábado los tenía acaparando la esquina de la barra. Sus rituales me llamaban mucho la atención: llegaban, empezaban a pedir cubatas y a medida que se iban tajando la conversación iba subiendo de tono y de volumen.
- blablablabla... que va, si a mi lo que me gusta es que me la chupen!!! jajajaja!!
- blablablabla...mira esa, mira esa... si la pillo la pongo a cuatro patas y le dejo el mojino mas alegre que un sarasa en un campo pepinos... jajajajaja!!
El rollo de "mira esa", "mira esa otra" y lo de comentar en voz muy alta lo que le harían si pudiesen les duraba un buen rato. Generalmente hasta que una de ellas se acercaba lo suficiente, ya fuera para pedir una copa o para pedir fuego. En ese justo instante, se callaban todos de golpe y el nivel de decibelios caia en picado.
- Hola guapos, ¿teneis fuego para mi?
- miraesaquelapongoacuatrop... yyyyy.... yo, noooo... no ffff... no ffff... nofffffumodesdequemimujersefuesabes?
Esta escena era mi favorita, cuando se deshinchaban. Veían una mujer de verdad y se callaban todos de golpe, era conmovedor. A partir de ahí, sus conversaciones iban por otros derroteros y pasaban de lo guarro a lo trágico. Cada uno contaba su pena por turnos, la Yeni se fue y me dejó las camisas sin planchar, la Yeni se me fue con un camionero de Irún, la muy puta de ella y yo que le había comprado la mejor lavadora de todo el simago, la Yeni se fue y me dejó con dos palmos de narices... menos mal que el DJ de turno tenía el recurso del disco de Queen, porque si no se iban a dormir o a suicidarse en masa y ya no bebían mas.
- escucha, escucha...pari en de jai nanano on de guey... güi-güi-güi-güi-rak-iu
- ... Oh! esto si que era buena música! arriba esas palmas!!
Despues de esto les ponías una de los Dire Straits y ya los tenías pidiendo tres rondas mas de lo mismo, como poco. Al principio pensaba que algún dia se les pasaría la fiebre de recien divorciados, que se cansarían de hacer el mismo numerito cada fin de semana y que recuperarían una cierta normalidad... pardillo de mi, que tengo demasiada fé en la especie humana. El que menos, llevaba tres o cuatro años divorciado y era incapaz de salir de esa espiral de caspa y cutrerío. Llevaban años hablando mal de sus ex-mujeres, hablando mal de las mujeres en general, recordando los viejos-buenos-tiempos y -sobre todo- llevaban la tira sin comerse un torrao. Básicamente porque si alguna mujer era tan incauta como para darles conversación, lo primero que le soltaban era la vida y millagros de sus ex-mujeres y lo mal que se han portado con ellos, lo mala que era la familia de ella y lo bien que va su vida desde que la Yeni se marchó con el de la flagoneta. Esto era muy importante para ellos, insistir mucho en que sus vidas iban muy bien... aunque de ahí a empezar a escandalizarse con las niñas de 15 y ser un viejo verde que va por el metro mirando culos, solo debe haber un paso.
Moraleja: No te divorcies, suicídate... y todo eso que te ahorras en pensiones.
Trolls ...y en el mio particular existen los divorciados.
Hace algunos años, estuve trabajando en un bar de copas. Nada glamouroso ni fashion como lo de la película 54, que va... era un bar de copas de l'Hospitalet con su música pachanguera, sus Cheilas luciendo culo y una impresionante cantera de Divorciados con la treintena bien superada. Mi jefe me hacía tratarlos bien, porque cada fin de semana se dejaban una pasta larga en copazos para olvidar que la Yeni se fue y les dejó a dos velas, así que cada viernes y cada sábado los tenía acaparando la esquina de la barra. Sus rituales me llamaban mucho la atención: llegaban, empezaban a pedir cubatas y a medida que se iban tajando la conversación iba subiendo de tono y de volumen.
- blablablabla... que va, si a mi lo que me gusta es que me la chupen!!! jajajaja!!
- blablablabla...mira esa, mira esa... si la pillo la pongo a cuatro patas y le dejo el mojino mas alegre que un sarasa en un campo pepinos... jajajajaja!!
El rollo de "mira esa", "mira esa otra" y lo de comentar en voz muy alta lo que le harían si pudiesen les duraba un buen rato. Generalmente hasta que una de ellas se acercaba lo suficiente, ya fuera para pedir una copa o para pedir fuego. En ese justo instante, se callaban todos de golpe y el nivel de decibelios caia en picado.
- Hola guapos, ¿teneis fuego para mi?
- miraesaquelapongoacuatrop... yyyyy.... yo, noooo... no ffff... no ffff... nofffffumodesdequemimujersefuesabes?
Esta escena era mi favorita, cuando se deshinchaban. Veían una mujer de verdad y se callaban todos de golpe, era conmovedor. A partir de ahí, sus conversaciones iban por otros derroteros y pasaban de lo guarro a lo trágico. Cada uno contaba su pena por turnos, la Yeni se fue y me dejó las camisas sin planchar, la Yeni se me fue con un camionero de Irún, la muy puta de ella y yo que le había comprado la mejor lavadora de todo el simago, la Yeni se fue y me dejó con dos palmos de narices... menos mal que el DJ de turno tenía el recurso del disco de Queen, porque si no se iban a dormir o a suicidarse en masa y ya no bebían mas.
- escucha, escucha...pari en de jai nanano on de guey... güi-güi-güi-güi-rak-iu
- ... Oh! esto si que era buena música! arriba esas palmas!!
Despues de esto les ponías una de los Dire Straits y ya los tenías pidiendo tres rondas mas de lo mismo, como poco. Al principio pensaba que algún dia se les pasaría la fiebre de recien divorciados, que se cansarían de hacer el mismo numerito cada fin de semana y que recuperarían una cierta normalidad... pardillo de mi, que tengo demasiada fé en la especie humana. El que menos, llevaba tres o cuatro años divorciado y era incapaz de salir de esa espiral de caspa y cutrerío. Llevaban años hablando mal de sus ex-mujeres, hablando mal de las mujeres en general, recordando los viejos-buenos-tiempos y -sobre todo- llevaban la tira sin comerse un torrao. Básicamente porque si alguna mujer era tan incauta como para darles conversación, lo primero que le soltaban era la vida y millagros de sus ex-mujeres y lo mal que se han portado con ellos, lo mala que era la familia de ella y lo bien que va su vida desde que la Yeni se marchó con el de la flagoneta. Esto era muy importante para ellos, insistir mucho en que sus vidas iban muy bien... aunque de ahí a empezar a escandalizarse con las niñas de 15 y ser un viejo verde que va por el metro mirando culos, solo debe haber un paso.
Moraleja: No te divorcies, suicídate... y todo eso que te ahorras en pensiones.
