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lunes, octubre 01, 2007

Reinventando la TV

Tiempo atrás, expliqué que la tele y yo no nos llevábamos demasiado bien. Tuvimos una feliz relación durante toda mi infancia y mas o menos media adolescencia hasta que alguien, a principios de los 90, descubrió que salía mucho mas barato emitir culebrones venezolanos que series de verdad. La primera en caer fue Cheers, que era una de mis series chorras favoritas. Fue reemplazada por un truño llamado Cristal y, desde entonces, nada volvió a ser lo mismo. Mi interés por la caja tonta se fue deteriorando a medida que avanzaba la década. Lo perdí a base de contraprogramaciones traicioneras, de episodios repetidos hasta la saciedad (¿quien no se sabía al dedillo los diálogos de Cosas de Casa?), de tragar cantidades ingentes de anuncios mal colocados y de soportar un nivel de casposidad que nunca parecía tocar fondo, ya que por mucho que intentase seleccionar solo la programación que quería ver siempre te colaban morralla. De modo que, en cuanto empezaron a dar Gran Hermano y otros engendros por el estilo, la apagué. Pasó tanto tiempo hasta que volví a encenderla que cuando lo hice se habían florido las pilas del mando a distancia y se habían borrado las memorias de los canales.

No me he aburrido en absoluto durante todo ese tiempo. Al fin y al cabo, ¿quien necesita la tele en la era de Internet, aMule, los DVDs y Youtube? esta época que nos está tocando vivir tiene sus inconvenientes, pero en lo audiovisual es la mejor de todas con diferencia. Puedes -literalmente- ver lo que quieras, sin límites: Las series que te gustaban de ñajo, las que no pudiste ver completas en su día, las que no se emiten en tu pais y las que no quieres ver dobladas o repletas de anuncios. Además de las películas antiguas o raras que mas te gusten, tus dibujos preferidos y los programas que te interesen. Puedes verlo cuando quieras y sin aguantar cortes publicitarios. Si hace diez años te lo hubiesen insinuado, se te habría hecho el culo manzanilla.

Curiosamente, esta forma de ver la tele -bajándote los contenidos y viéndolos cuando te apetece- se está convirtiendo en el nuevo estándar. A pesar de las continuas quejas de productoras, distribuidoras, cadenas de TV y de los putos llorones de la SGAE, lo cierto es que existe una increíble demanda para algo que nadie parece estar ofertando: televisión a la carta a un precio asequible. Tanto como se les llena la boca a estos ejecutivillos con el best-seller empresarial "¿Quien se ha llevado mi queso?", y el puto queso se lo han quitado de delante de sus narices mientras se dedicaban a lloriquear por los viejos buenos tiempos en los que podían controlar todo lo que se emitía.

Desengáñense. Vender DVDs no cubre esta necesidad. Y no lo hace porque A) son demasiado caros y B) tampoco queremos comprar y poseer en un soporte físico todo lo que vemos. En DVD tienes tus películas favoritas y alguna serie, pero no almacenas todo lo que quieres ver. Ni siquiera lo grabas, muchas veces lo borras despues de haberlo descargado y visto, tal y como hacíamos al reutilizar las cintas de VHS. Y por supuesto, cambiar el formato cada cinco o seis años para que nos lo volvamos a comprar todo de nuevo puede funcionar una vez, pero no vamos a picar siempre con el mismo timo.

La tele de pago satisface esta demanda a medias, porque te da una mayor variedad donde escoger, con mas calidad y menos publicidad. Aun así, todavía tiene un fallo: tienes que estar pendiente de cuando emiten cada cosa que quieras ver. Aunque se hagan varios pases y repeticiones, esto no deja de ser un anacronismo.



Y hablando de anacronismos, nos queda por último la tele convencional, la de toda la vida. Supongo que cambiará un poco cuando tengamos el apagón analógico y pasemos a TDT, pero aun así, sigo viéndolo como un medio de emisión obsoleto. Puede funcionar para un canal de información contínua como CNN o 3x34 -te sientas un rato a comer y ves las noticias de ese momento-, o para canales a lo Cartoon Network. Pero para el entretenimiento de adultos del siglo XXI, se necesita algo mas.

No es que el espectador actual sea mas exigente, es que ahora tenemos donde escoger. Y si en un lado me van a dar las últimas noticias sobre la paja que le hizo la folklórica al torero y en el otro puedo ver la última temporada de The IT Crowd, al menos para mí la cosa está clara.

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