.comment-link {margin-left:.6em;}

miércoles, julio 16, 2008

Fecha de caducidad, o la obsolescencia planificada

La obsolencia planificada es el proceso por el cual un producto deviene obsoleto y/o no funcionable tras un determinado periodo de tiempo o bien tras una cierta cantidad de uso según haya sido esto previsto por el fabricante.
http://es.wikipedia.org/wiki/Obsolencia_planificada

Haz un poco de memoria. Seguro que en tu casa, tus padres, tenían un tocadiscos o un radiocasete.

Ese aparato estuvo ahí siempre, desde donde alcanza tu memoria. Incluso es probable que todavía esté ahí, aunque solo sea por su valor sentimental. Tus abuelos también tenían esas cosas: tocadiscos de madera, aparatos de radio a pilas, cintas de casete y discos de vinilo.

Ahora intenta recordar los muebles sobre los que reposaban estos objetos. No te costará mucho hacerlo, la mayoría siguen estando ahí.

La cama sobre la que tus padres te concibieron puede haber sido perfectamente la misma cama en la que tu te desvirgaste la primera vez que se fueron de vacaciones y te dejaron la casa. Los objetos pueden perdurar toda una vida, o incluso varias, cuando están bien hechos. La casa de tus padres es como un gran santuario de recuerdos que reviven cada vez que ves, o visualizas, uno de esos objetos. Ya existían antes que tu, por tanto, siempre han estado ahí.

Vuelve a recordar las cintas de casete, eran un atraso terrible; treinta o cuarenta y cinco minutos de grabación por cada cara, había que rebobinar y esperar cuando querías saltar a una canción concreta, con cada copia se perdía algo de calidad respecto a la grabación anterior... incluso conseguir una buena grabación era un trabajo casi, casi, de artesanía.

En cuanto a formatos, nos ha tocado vivir unas cuantas ventajas respecto a ellos. En una sola carpeta de nuestros PCs hemos guardado tantas canciones que todavía no hemos tenido tiempo de escucharlas todas. Discografías completas, colecciones de estilos, series de recopilaciones especializadas, versiones en directo, remezclas y rarezas. Tus 30 Gigas de música harían palidecer a cualquier orgulloso coleccionista de los 80.

Pero no estamos hablando de formatos, sino de soportes. El radiocasete de tus padres sigue estando ahí. Solo tienes que pasarle una anacrónica cinta limpiadora para que vuelva a funcionar. Es innegable que el formato ha evolucionado a lo grande, pero ¿y el soporte?. El radiocasete de tus padres sigue funcionando, pero me apuesto el culo a que tu primer reproductor de mp3 está en el mismo limbo de basura tecnológica que tus dos PCs anteriores, tu primer discman y al menos tres teléfonos móviles.

Piensalo, las primeras fotos de tu infancia y las de tu adolescencia están hechas con la misma cámara. Si, era un agobio lo de tener que revelar carretes, pero no estoy hablando de formatos, sino de soportes. Ya has tenido al menos dos cámaras digitales, y sabes con total certeza que la que tienes actualmente quedará obsoleta en cuestión de meses.

La mesa sobre la que reposaba el tocadiscos de tu padre sigue estando ahí. Con el tiempo, incluso la madera parece haber envejecido de forma atractiva. Tu mesita Ängvaar está cogiendo un color amarillento francamente asqueroso. Claro, piensas, ya tiene cinco años. Pronto tendrás que reemplazarla. Lo asumes como algo normal, pero en realidad vives en una constante renovación de objetos. Tu ropa se pudre en cuanto la lavas cinco veces, tus muebles se deterioran, tus electrodomésticos se quedan obsoletos en tan poco tiempo que ni siquiera llegas a comprender totalmente como funcionan. Tu flamante consola será una reliquia antes de que hayas tenido tiempo de pasarte todos los niveles de un juego. La batería de tu iPod cada vez dura menos tiempo cargada y además acabas de descubrir que no se puede reemplazar por otra.

En realidad, lo que has comprado nunca es del todo tuyo. Todos esos objetos te han sido prestados en una nueva modalidad de alquiler desechable. Pronto dejarás de tenerlos, pero no de necesitarlos, y tendrás que comprártelos de nuevo. En realidad, el dinero que estás ganando ahora te servirá para comprarte de nuevo lo que ya crees que tienes.

En el nuevo capitalismo, la propiedad privada tiende cada vez mas a desaparecer. No deja de ser paradójico.

Comments:
No sabía que tuiviera un nombre. Me ha encantado


(Tuigi)
 
Acabo de encontrarme esto y me he acordado de este post:

http://navegante2.elmundo.es/navegante/2008/07/23/gadgetoblog/1216792141.html
 
buen post, pero un poco deprimente, no?
 
¿Y lo bonica que es la artesanía?
¡Q momentos bricomaníacos montando cierta cinta de K7 q me llegó x correo! (y q, x cierto, a ver si encuentro, q era de mucha risa...)
 
Publicar un comentario



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?